¿Sabías que bajo el piso de tu casa
circula un enemigo silencioso
que está esperando
a que te bañes?
Algo tan cotidiano como el agua podría estar dañando la salud de tu familia.
Yo tampoco lo sabía.
Tras años en la industria del agua, descubrí algo que lo cambió todo. Tuve que desaprender y reaprender.
La calidad del agua en el Valle Central ha ido a peor. Y lo veo a diario.
Familias latinas como la tuya, que acaban de estrenar su casa, quizás hasta con esa TV de última generación, un sofá cómodo para descansar después del trabajo, un refrigerador nuevo lleno de alimentos frescos, o incluso un auto recién sacado del concesionario.
¿Pero sabes qué es lo curioso?
Invertimos en todo eso, que es material y reemplazable, pero ignoramos o dejamos para después algo que es irremplazable: nuestra salud y la de nuestra familia.
Es fácil emocionarse con esos "símbolos de éxito", pero ¿de qué sirve todo eso si el agua que llega a tu casa —la que usan tus hijos cada día— podría estar afectando su bienestar?
Porque la realidad es esta: muchas familias compran agua embotellada sin sospechar lo que realmente hay en ella.
Como la Damali,
o Dasani,
o …
Hola, soy Luis Príncipe.
Lo que descubrí sobre el agua es oro puro, y hoy te lo regalo.
¿Sabes qué diagnóstico inesperado dio el Doctor
sobre el problema de salud de Carlitos, el hijo de José?
María y José son una joven pareja de Jalisco.
Llegaron al Valle Central con el sueño americano en sus maletas.
Después de años de duro trabajo, él en la construcción, ella en una empacadora de frutas, ahorraron lo suficiente para el enganche de su primera casa.
Compraron una casa nueva, preciosa, acogedora, en un condominio nuevo en Patterson, CA.
Tienen dos hijos pequeños: Carlitos, de 5 años, y Anita, de 9,… la Princesa de José.
Quieren darles lo mejor.
Una vida mejor que la que ellos tuvieron en México.
Al principio, todo era perfecto. Los niños jugaban en el jardín. María preparaba sus platillos favoritos.
José se enorgullecía de proveer para su familia.
Pero, las cosas empezaron a cambiar. Había algo que les afectaba la salud.
No lograban darse cuenta de qué era.
¿Otra de esas enfermedades inexplicables de hoy en día?
Carlitos empezó a sufrir de sarpullidos. Su hermana, Anita, tenía constantes dolores de estómago.
María se sentía siempre cansada. Sin energía.
Primero, intentaron solucionarlo por su cuenta.
Probaron diferentes cremas para los sarpullidos de Carlitos.
Le dieron a Anita tés caseros para el dolor de estómago.
María tomaba vitaminas para combatir el cansancio.
Pero nada parecía funcionar a largo plazo.
Gastaron parte de sus ahorros en estos remedios, sin encontrar una solución.
Lo que María y José no sabían era que el enemigo
estaba en su propia casa.
Escondido en cada gota de agua que salía de sus grifos.
La situación no mejoraba.
Preocupados, llevaron a Carlitos al doctor.
Tras examinarlo, el doctor les soltó algo inesperado:
¿Y si el problema de su hijo tiene que ver con el agua que usan en casa?.
José, extrañado, respondió: Pero doctor, si nosotros compramos agua en garrafones.
Justamente porque sabemos que el agua de la llave tiene mal sabor. Y un olor raro...
El doctor suspiró.
Le dijo: Entiendo su preocupación por el agua de la llave.
Pero déjeme decirle algo que quizá no sepa.
El agua de garrafón no es la solución.
Puede incluso tener problemas de bacterias. Por el manoseo.
O por falta de mantenimiento en los filtros.
Además, aunque no beban el agua de la llave, se están bañando con ella.
El cloro, el sarro y otros contaminantes se absorben por la piel.
Y se inhalan con el vapor.
¿Ha escuchado hablar de los químicos del plástico, como los ftalatos y el BPA?
Se desprenden del plástico de esos garrafones y de las botellas.
Y también son dañinos para la salud.
José se quedó sin palabras. Impactado.
Y lo más alarmante: este daño lleva años acumulándose.
Incluso antes de mudarse a su nueva casa.
El agua, que parecía tan clara e inofensiva, estaba cargada de muchas cosas.
Un cóctel de sarro, cloro, arsénico, cromo 6, nitratos y pesticidas.
Se habían estado acumulando silenciosamente en sus cuerpos.
Y los de sus hijos.
Los sarpullidos, los dolores de estómago, el cansancio, la caída del cabello...
Eran las señales.
Algo no andaba bien.
Su sueño americano se estaba convirtiendo poco a poco en una pesadilla.
José quedó impactado con la respuesta del doctor.
Le dijo que cambiara el agua,
que la filtrara, que lo hiciera ya,
antes de que fuera tarde
y le explicó cómo una simple acción como esa
podría mejorar la salud de su familia.
¿Te imaginas el alivio de José al saber que había una solución al alcance de su mano?
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El enemigo más peligroso de tu familia está en tu cocina. Y no lo sabías.
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El agua del Valle Central no es lo que era. Tú lo has notado. ¿Pero sabes realmente a qué te enfrentas?.
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Tu nueva casa es hermosa. Pero el agua esconde un enemigo silencioso.
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No solo es sarro: arsénico, cromo 6, nitratos... Una amenaza invisible.
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¿Crees que el agua embotellada es la solución? Piénsalo dos veces. El agua embotellada NO es la solución.
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El plástico de garrafones y botellas libera químicos dañinos para tu salud.
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Tus hijos merecen agua pura. No un cóctel de tóxicos.
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Deja de gastar en garrafones y botellas. Invierte en un sistema que te dé tranquilidad.
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Un sistema Puronics no es un gasto. Es una inversión en la salud de tu familia.
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Agua alcalina: más energía, mejor digestión, una vida más saludable.
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Dale a tu familia el regalo de un futuro más sano.
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Con Puronics, el agua de tu casa será tu aliada. No tu enemiga.
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Agua para beber, cocinar, ducharte... Agua pura para una vida plena.
No te conformes con "creer" que tu agua está bien.
A creer se va a la iglesia.
¡Compruébalo!
No esperes a que sea demasiado tarde.
Tu familia merece agua pura y segura ahora mismo.
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y cómo un sistema Puronics puede transformar la salud de tu hogar.
Recuerda, no se trata solo de beber agua. Se trata de vivir mejor.
No esperes a que sea demasiado tarde.
Como le pasó a María y José.
Tu familia te lo agradecerá.
Luis Príncipe
(Tu experto en Agua Saludable
en el Valle Central de California)
Con un análisis profesional, identificarás los contaminantes que afectan a tu familia.
Con un sistema Puronics, eliminarás esos problemas desde la raíz,
para disfrutar de agua pura y segura todos los días.
Porque no se trata solo de agua,
se trata de tu familia.
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Ellos merecen lo mejor.
Imagínate abrir el grifo y saber que cada gota de agua es pura y segura para tu familia.
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